New York, USA: Charlamos con Maddy.
15.05.2023 | De camino en …
New York. Las calles rectilíneas flanqueadas de impactantes rascacielos e inundadas de taxis amarillos impregnan nuestra retina. Desde luego, lo primero que uno piensa no es en modo alguno que por esta ciudad se pueda circular bien en bicicleta. Pero esto es exactamente lo que hace cada día con su Load 60 HS Maddy Novich, conocida en Instagram como «CargoBikeMomma». Hemos conversado con esta profesora de criminología y madre de tres hijos y le hemos preguntado, entre muchas otras cosas, si desplazarse sobre dos ruedas agudiza su visión del mundo.
Maddy, ¿qué tal, cómo estás? Como criminóloga, profesora en el Manhattan College, instagramer de éxito y madre de tres hijos, lo primero que te queríamos preguntar es: ¿cómo te las apañas con todo esto?
(Risas) Pues te diré que todo es cuestión de saber gestionar bien el tiempo. ¡Y de tener siempre un café a mano! Soy una persona incapaz de estarse quieta. Intento constantemente resolver cosas y siempre busco la manera de ser aún más eficaz y productiva. Y esto enlaza directamente con una de las grandes ventajas que me ofrece mi bicicleta de carga: recuperar el control sobre mi tiempo.
Antes, tanto mi marido Jeff como yo solíamos viajar con nuestros hijos en transporte público. Esto significaba estar constantemente esperando el próximo autobús o metro y soportar un retraso tras otro. Cada vez que nos desplazábamos, teníamos que prever un margen de tiempo importante para este tipo de imprevistos. Desde que empezamos a utilizar bicicletas de carga, nos desplazamos de A a B de forma mucho más eficaz.
¿Cuál fue tu primer contacto con una Cargo-Bike?
Durante unas vacaciones de verano en los Países Bajos. Alquilamos una bicicleta de carga en una tienda de la localidad de Leiden —no tenía motor, eso sí— e hicimos varias excursiones con ella. ¡La verdad es que en comparación con mi Load era un horror! (risas) El año siguiente estuvimos unas semanas en Ámsterdam y allí utilizamos una bicicleta de carga bastante mejor para ir de compras, hacer excursiones... La verdad es que un poco para todo. Allí fue donde nos dimos realmente cuenta de lo eficaz y divertido que es este medio de transporte. En ese momento tuve claro que nunca más volvería a esperar el autobús tres cuartos de hora.
De regreso a Nueva York, compramos nuestra primera Cargo-Bike y seis meses después abrí mi canal de Instagram, donde comparto mis experiencias e impresiones como «CargoBikeMomma». Entretanto, este mundo nos ha permitido conocer a muchas personas fantásticas con las que compartimos el amor por la bicicleta.
En tu opinión, ¿qué ventajas ofrecen las bicicletas de carga frente a otros medios de transporte?
Como madre de tres hijos que trabaja a jornada completa, la primera de ellas es, naturalmente, el ahorro de tiempo. Vivimos en Harlem. Aquí puedo aparcar la bicicleta directamente delante de la puerta de casa y apenas pierdo tiempo buscando aparcamiento. Otra de las grandes ventajas que ofrece es de tipo económico: tener un coche es extremadamente caro si tenemos en cuenta todos los costes asociados: precio de compra, gasolina, seguro, mantenimiento y reparaciones. Además, los coches arruinan las ciudades, ¡lo afean todo! (risas)
Por eso abogo públicamente por un estilo de vida en el que los coches no tengan cabida. Y eso a pesar de que tanto mi marido como yo tenemos carné de conducir y podríamos tranquilamente desplazarnos en coche, pero ya no queremos. Preferimos llevar un estilo de vida saludable y reducir nuestra huella de carbono.
¿Qué opinan tus hijos de esto?
¡Están encantados! Viajamos en la Cargo-Bike haga el tiempo que haga, no les importa en absoluto, ¡se lo pasan bomba!
¿Cómo es ir en bicicleta por las calles de Nueva York?
Comparado con Europa, desde luego, es un capítulo aparte. Holanda, por ejemplo, es perfecta para ir en bicicleta, y también puedes moverte muy bien por Berlín en una Cargo-Bike. En Nueva York, en cambio, depende mucho del barrio e incluso de la calle por la que pases. ¡Pero no es tan horrible como parece! (risas)
Hay que reconocer que muchas calzadas no están en buenas condiciones y que hay que ir con mucho cuidado con los coches. Afortunadamente, cada vez hay más carriles bici bien protegidos. Y si atraviesas Central Park, por ejemplo, cruzas de golpe más de 50 manzanas sin atascos, semáforos ni coches. No obstante, está claro que en Nueva York necesitamos urgentemente más infraestructuras para las que decidimos desplazarnos en bicicleta.
Conduces una Riese & Müller Load 60 HS con cambio Rohloff. ¿Qué tal va?
¡Es un auténtico sueño! Yo la llamo la máquina de mis sueños, mi «Dream Machine». Es una bicicleta extremadamente ágil y fácil de manejar. Yo soy una persona menuda —mido solo 1,52 m—, pero no tengo ningún problema para maniobrar y aparcar mi Load. Y gracias a la suspensión integral, cuando la conduzco me da la sensación de ir sentada entre nubes.
Rechazaste una oferta de trabajo del FBI y decidiste hacer carrera en la universidad. ¿Por qué?
Cuando era más joven mi idea era incorporarme de alguna forma a algún cuerpo de seguridad o agencia estatal de inteligencia. Hablo mandarín con fluidez, por lo que tanto la CIA como la NSA o el FBI eran opciones realistas. Estaba a punto de convertirme en agente especial.
Había incluso iniciado el complejo proceso de selección en el FBI cuando decidí dar un giro de 360 grados y dedicarme a la investigación y la docencia. Si miro atrás, creo que es la mejor decisión que he tomado en la vida. ¡Me encanta enseñar!
También tienes un doctorado en «Justicia Penal» y desde entonces te has especializado en sociología criminal. ¿Ir en bicicleta agudiza tu percepción del entorno, de tu barrio y de tus conciudadanos?
Totalmente; ir en bicicleta condiciona mucho mis experiencias y percepciones diarias. A los neoyorquinos les encanta mi bicicleta y es fácil acabar hablando con uno o con otro cuando me ven con ella por la ciudad. Y he aquí otra de las grandes ventajas de la Cargo-Bike: mientras que el coche tiende a individualizar y desconectar, la bicicleta propicia la conexión y la interacción.
¡Muchas gracias por esta interesante charla, Maddy!
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